¡Vamos una vez más con la gran fiesta del cambio de hora!

¿Qué, por fin habíais terminado de cambiar todos los relojes tras el cambio de hora previo? Pues no os preocupéis, ¡ya tenemos otro! Venga, otra vez a viajar en el tiempo, qué guay.

Sea como sea, publico esta entrada por lo de siempre: si queremos que nuestros datos EXIF sean precisos en cuanto a la hora de la toma, y evitar problemas al ordenar por fecha de captura fotos que procedan de dispositivos diferentes, tendremos que ir a la configuración de la cámara y, en este caso, adelantar el reloj en 1 hora, salvo que la cámara lo haya hecho automáticamente, que también podría ser. Ah, bueno, no lo he dicho: todo esto suponiendo que vivamos en alguno de los países o territorios donde se aplica esta medida. ¿Y dónde es eso? Google al rescate, pero vamos, que en España, sí. Poco importa que a estas alturas de la película, ya ni el tato le vea sentido a esta pantomima, pero bueno, es lo que hay.

A mí me da una pereza infinita esto de andar revisando en qué realidad espaciotemporal inventada estoy – tanta, que como ya he contado otras veces, si publico este aviso en el blog es, en parte, para «obligarme» a revisar y ajustar mis 3 cámaras antes de escribir nada aquí. Por mis rígidos principios éticos y morales, por todos conocidos, no sería capaz de andar diciéndole a otra gente que vigile sus relojes si no lo he hecho yo primero. Bueno, relojes de cámara, claro – lo que son relojes de la casa, del coche, de dispositivos de todo tipo, etc., tomarán algo más de tiempo.

Dentro de todo, por verle el lado positivo, tampoco está de más aprovechar este momento para comprobar que el reloj en sí está en hora, o sea, que los minutos no se hayan atrasado o adelantado demasiado, porque hasta que las cámaras lleven un reloj nuclear o sincronizado vía satélite, es inevitable que se produzcan pequeñas desviaciones.

Y eso es todo. Si nada lo impide (llevan ya tiempo diciendo que esto se acabará algún día), nos vemos en el siguiente viaje temporal, ¡yuju!