
Tic, tac, Mangalick… Tic, tac…
Es curioso porque, cada año, cuando voy a escribir esta entrada (o al menos poner un aviso en facebook), me doy cuenta de que yo mismo todavía no lo he revisado. Y en ese momento, la vocecita del demonio en mi cabeza dice: «Bueno, tú pones el post, y si eso ya revisas luego tus camaritas«. Casi me convence, pero entonces oigo la vocecita del ángel interior, que dice: «¡Carlos! ¡Pero qué clase de ejemplo esperas dar a tus followers, si no predicas lo que explicas!«. A lo que el demonio contesta: «¿Followers? Este patán a duras penas tiene 4 gatos que leen lo que pone«. El ángel, a su vez, responde: «Ahí llevas razón. Es más, sabes qué: es igual, Carlos, no lo mires. Tú pon la entrada, y a vivir«. En ese punto, ya dejo al ángel y al demonio discutiendo, y me voy a revisar las cámaras.
¿Y qué he encontrado en mis cámaras? Pues que este año, siguiendo la tradición, ninguna de las 2 que tengo había hecho el cambio, pese a que se supone que lo hacen automáticamente, o al menos alguna vez lo habían hecho. Aparte de ajustarlas a la «nueva hora», no está de más revisar los minutos, que a veces se van desfasando un poco. Y, ya puestos, hasta el día, mes y año, que no sería la primera vez que topo con alguien que tiene la cámara en el pasado o el futuro, y ni lo sabe.
En fin. Sea como sea, si Dios y la Unión Europea quieren, este podría ser uno de los últimos cambios de hora, pues como ya sabréis, las mentes pensantes de Bruselas están considerando dejar una hora fija a partir del año que viene. Ya iría siendo hora, valga la redundancia, porque toda esta movida del horario de verano/invierno siempre me ha parecido una cosa innecesaria. Así que, por si finalmente estos vaticinios se cumplen, disfrutemos del que podría ser el penúltimo o antepenúltimo cambio de hora. Así, algún día podremos contarle a nuestros nietos (o a los nietos de otras personas) que cuando éramos jovenes, atrasábamos y adelantábamos el reloj a toque de corneta dos veces al año. Los niños del futuro nos mirarán atónitos, como quien contempla a un vestigio del pasado narrando costumbres bárbaras y anacrónicas. O, al contrario, podemos fingir que nunca vivimos aquellos oscuros tiempos, para hacernos los jóvenes y tal.
Eso es todo por ahora. Os dejo, que tengo que ir a revisar la hora de mi colección de relojes de cuco.
Comments
No se cuántos seguidores tuyos somos, pero de algo estoy seguro, eres grande entre los grandes. Felicitaciones
Hala, exagerao! Gracias 🙂
cambie la hora a todos los dispositivos de casa ,pero me olvide de la camara.
Gracias por estar siempre ahi.
Cuadafly: La verdad es que uno piensa en relojes, y no tanto en otros artefactos dotados de reloj. Me alegro si la entrada ha cumplido su misión, ¡gracias por comentar! Saludos.
Muchas gracias por el recordatorio, a mi personalmente se me habia olvidado. Saludos!!
PereA: Pues perfecto, así ha servido de algo 🙂 Gracias por comentarlo, saludos.
Los que te seguimos. Lo disfrutamos
Gracias Pedro 🙂
Gracias por estar ahí y en todo.
Gracias por comentar, tocayo!
Agradable y simpática manera de recordarnos nuestras «servidumbres». Gracias Carlos
Gracias a ti, Luis. A ver si se acaba pronto esta «servidumbre» del cambio de hora. Saludos.
Hola Carlos…
Gracias, como siempre, atento a todo.
Una de las pocas cosas que hace bien nuestro pais, Argentina, es no cambiar de horario…jjj…
Preferiría tener que cambiar la hora, y que esto se parezca «un poco» a un pais.
Saludos EDU
Edu: Siento el tema de que en Argentina las cosas no anden como os merecéis los argentinos… Aunque en España las cosas tampoco están para sacar pecho. Gracias por comentar 🙂
jajajajajaja
¿Cómo que no te leemos?
Como ves… no hay hora mala para leerte…. Ni día!!!
Y eso que yo no uso reloj. Bueno… hago trampa, jiji. Tengo a mi marido que se ocupa de esas cosillas. Si no fuera por él… (que es catalán!!!) jajajaja Esta andaluza no llegaba a tiempo a ningún sitio jajajajajaja
Si esque esto de «la dualidad del ser» da para mucho. Por lo pronto no permite que te aburras… en la vida!!!
xDDDDD
P.D.: Si no es por tí, ni me entero de que por fín han pensao quitar esa tontá. (Gracias)
🙂
Maria José: Gracias por tu comentario y felicidades por esa vida libre de la tiranía del reloj, que no del tiempo y los compromisos, claro. Un saludín.