La nueva interfaz
Aunque es fácil crear una interfaz sencilla si tienes pocas características, eso no quita para que el diseño del nuevo programa sea limpio y bastante atractivo. Mención especial merece la vista de las fotos en «mosaico» (encajando todas las imágenes entre sí para aprovechar al máximo el espacio), algo que seguramente hemos echado de menos en el Lightroom tradicional alguna vez.
Por otro lado, viniendo de la atmósfera estéticamente viciada de Lightroom CC 2015, con un diseño que es de los años 2000, el nuevo estilo visual es un auténtico soplo de aire fresco. De hecho, fue una de las cosas que más me aliviaron en un primer momento, cuando creía que realmente era el sucesor de Lightroom: nuevas tipografías, nuevos iconos, nuevas sensaciones de uso…
El ecosistema
Además de la aplicación para ordenador, que está disponible para Mac y Windows, tenemos versiones para dispositivos móviles Android e iOS, así como una interfaz web para usarlo desde un navegador. Esto permite trabajar fluidamente desde una gran variedad de dispositivos, sin tener que cambiar de aplicación por el hecho de cambiar de plataforma física, ni aprender una nueva interfaz.
La nube, ese gran invento
Que te obliguen a pasar por el aro del almacenamiento remoto no me gusta nada; bueno, no es que no me guste, es que no me resulta viable, y eso ya lo dejé claro. Ahora bien, como opción, está claro que es fantástico. Si disponemos de conexiones lo bastante rápidas, es innegable que levantarse del ordenador, pasar al portátil o a la tablet y poder seguir trabajando con tus imágenes en el mismo punto que las dejaste, tiene que ser una gozada.
Este flujo de trabajo, por suerte, estaba ya (y sigue estando) en Lightroom CC 2015/Classic, si bien en ese caso no se sincroniza el original sino una versión reducida (una vista previa inteligente). Con el nuevo Lightroom, en cambio, no hay concesiones en este aspecto: tenemos acceso a los originales en cualquier lugar. Aunque repito que, si la conexión no está a la altura, esto se queda en una mera fantasía, claro.
El catálogo, también en la nube
Se ha hablado tanto de que con este programa nuestras fotos estarán en la nube, que casi estamos pasando por alto una interesante consecuencia de lo anterior, y es que el catálogo también será remoto. De hecho, aunque existirá, prácticamente se volverá transparente, ya que no tendremos acceso a él, ni falta que nos hará. Al no tener acceso directo a las carpetas y archivos (están en la nube, no en nuestro ordenador), es teóricamente imposible «liarla» y que luego te falten fotos o las carpetas estén fuera de sitio. En otras palabras, este sistema prácticamente permite olvidarse de lo que antes podía ser un quebradero de cabeza.
Copia de seguridad automática
Otra consecuencia del trabajo en la «nube» es que supone tener una copia de seguridad automática tanto de nuestras fotos como de ese catálogo cuya existencia podremos ignorar (ya que la administración de sistemas de Adobe hará sus propias copias). Evidentemente, esto también requiere algo de fe en sus sistemas… pero en principio, creo que es más fácil sufrir una catástrofe doméstica (sea por fallo del disco duro, incendio, robo y desastres por el estilo) que no que sus servidores exploten.
Aparte, aunque me parece que aún no está disponible, existirá una utilidad que permitirá en cualquier momento descargar una copia de todo lo que tenemos en la nube, por si periódicamente queremos mantener nuestra propia copia de seguridad. De hecho, incluso aunque dejásemos de pagar, tengo entendido que Adobe conservará nuestras fotos durante un año, con lo que aún tendríamos opción de recuperarlas en el peor de los casos.
Sistema de presets
Otro acierto es la forma de previsualizar los presets o «ajustes preestablecidos«, que no es realmente nueva, pues es la que ya se usa desde hace bastantes años en productos de la competencia como AlienSkin Exposure o CaptureOne entre otros. Pero más vale tarde que nunca: en vez de tener que contentarnos con una previsualización minúscula en el panel del navegador (a medida que pasamos el ratón sobre los nombres de preajustes), ahora podemos ver el resultado del preset aplicado en la propia vista de «Lupa» (aquí llamada «Detalle»), pero sin comprometernos con él hasta que hagamos clic.
Inteligencia Artificial «Adobe Sensei»
Como ya comenté en el vídeo sobre el nuevo Lightroom CC, el programa incluye la posibilidad de identificar el contenido de las fotos para facilitar las búsquedas. Es decir, aunque tú no hayas puesto palabras clave, si en la foto sale una jirafa, posiblemente puedas encontrarla buscando por este término. Esto es parte de lo que Adobe llama «Adobe Sensei«, una inteligencia artificial aplicada a las fotos. Como mínimo, es curioso, y llegado el caso en que acumules muchas fotos que no has etiquetado, puede llegar a ser un auténtico salvavidas.
Otro uso de estos algoritmos, todavía no introducidos en este LR CC, es el re-encuadre automático de fotos y la auto-selección de las mejores fotos de una serie. En estos dos aspectos tengo más dudas sobre la eficacia del resultado, pero en todo caso, la idea es que el programa está abierto a más mejoras en este apartado tan futurista.
Adobe Sensei, ¿tan útil?
Aunque en esta entrada la idea es destacar lo positivo, tengo que añadir que, en mi opinión, están demasiado centrados en el tema de la inteligencia artificial. Yo no lo veo tan útil, al menos en fotografía tradicional. Vídeos como este (donde un señor le habla a su tablet para que le recorte una foto y la publique en facebook) me resultan un poco extraños. No es que me moleste, pero si priorizan tanto esto, quizá descuiden otras cosas más prácticas. Además, dado que Adobe Sensei necesita tener acceso a cuantas más fotos mejor para «aprender» (reconocer patrones, etc.), seguramente sea este otro motivo para imponer la nube – nuestras fotos son más material para desarrollar esta inteligencia artificial. En esta entrevista con Tom Hogarty (en inglés), Hogarty muestra su entusiasmo con el tema y afirma que su objetivo es convertir Adobe Sensei en una especie de «asistente creativo«.
Futuro
Sí, futuro. Esto sonará raro, pero con las versiones previas de Lightroom CC, como ya comenté, no cabía esperar mucho más que recoger las novedades de Camera Raw con el menor retraso posible, y aún gracias. Desmotiva un poco trabajar con un programa (como ahora el Classic) que tiene mucho más pasado que futuro, si es que tiene algún porvenir. Peor aún: preocupa comprometer tu flujo de trabajo con un software que temes que sea abandonado en un plazo no tan largo.
El nuevo Lightroom CC, en cambio, tiene muchísimo por delante, ya que está a medio hacer y, ahora sí, es una propuesta en línea con las prioridades de Hogarty y Mangalick, con lo que cabe esperar que lo impulsen con más ganas. De hecho, como ya vimos, se define como «el futuro de la fotografía«.
También es verdad que, en vista que de momento la acogida no es para echar cohetes, a lo mejor no tiene tanto futuro como parece. Pero por el momento, hay razones para ilusionarse con el futuro de este proyecto (si eres alguien que se sienta atraído por el programa, claro, lo cual no es mi caso, ya que no doy el perfil al que va destinado).
Creo que ya no queda mucho más que decir, así que en la siguiente y última entrada, sacaremos algunas conclusiones y despediremos, por fin, esta serie de entradas.
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Comments
Hola,
Para mi el problema de la nube no solo está en la capacidad de almacenaje, velocidades de conexión y precio sinó también en un tema de seguridad informática. Me he sentido muy identificado con tu entrada anterior ya que a mi tampoco me hace gracia ese plan de suscripción, de hecho intento resistirme. Desgraciadamente en un momento u otro tendremos que tomar una decisión, especialmente si incorporamos cámaras que han salido nuevas al mercado con posterioridad.
Creo que la pega de muchos de nosotros, en mi caso aficionado desde hace años, es que ya estamos muy acostumbrados al uso de Lightroom y su catalogación. Mi memoria es ya algo débil con la distancia pero diría que me pasé al LR en su versión 1 o 2 (diría que la 1) cuando se discontinuó otro programa bastante famoso llamado Rawshooter.
Mi pregunta, que tal vez daría para una entrada (ahí te dejo el guante) sería el saber / conocer que alternativas existen como usuarios a avanzados y cuales de ellas dan buena calidad de revelado e incluso cuales ofrecen posibilidad de catalogación.
Saludos
Daniel: Efectivamente, a mí es el punto que menos me preocupa (el de la seguridad) pero como ya comenté en la entrada pertinente, no me hace gracia asumir ese riesgo porque sí.
En el caso de cámaras que salgan al mercado luego, hay que decir a favor de Adobe que, por ahora, mantienen el DNG Converter, con el que se puede seguir funcionando con Lightrooms o Camera Raws antiguos aunque sean raw de cámaras más nuevas (seguramente ya sepas de que hablo, pero por si acaso: Raws nuevos con versiones de LR/ACR antiguas.
Sobre alternativas, veo por el otro comentario que ya has visto el otro post… de revelado hay varios, pero de catalogación ya flaquean más y en todo caso más difícil de probar porque una cosa es abrir un raw y otra, crear un catálogo y empezar a poner metadatos, etc. Por eso tampoco estoy muy puesto en hasta dónde llega cada uno.
Gracias por comentar, un saludo.
Me autocontesto porque veo que has hecho una entrada 10 con la info que indirectamente preguntaba en mi comentario.