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El fin de las licencias permanentes
Empecemos por afrontar esta cuestión, porque pese a su gran relevancia, quizá sea la más fácil de valorar: el fin de las llamadas «licencias perpetuas», que como ya vimos en la primera entrada, permitían efectuar un pago único por el software, en vez de tener que suscribirse a un plan de Creative Cloud.
Adobe ya tiene todas sus aplicaciones «creativas» importantes funcionando bajo este modelo de suscripción, y ha puesto toda la carne en el asador del Creative Cloud, por lo que cabe pensar que no le interesa mantener productos fuera de ese esquema salvo que esté justificado. No solo eso: tengamos presente que la versión más «moderna» de Lightroom (el nuevo LR CC) apuesta por el almacenamiento remoto de todas nuestras imágenes. Esto deja en fuera de fuego el Lightroom «tradicional», pero aún sale peor parado el concepto de pago único, pues cualquier plan de alojamiento requiere el abono de cuotas periódicas.
Por más razonable que sea la decisión para la compañía, no deja de ser un cambio rompedor – en la primera parte de esta serie ya comenté que, hasta ahora, siempre había sido posible utilizar Lightroom bajo esta fórmula, y también expuse varios motivos por los cuales era un cambio temido por un sector de usuarios.
Para todo aquel que, por decisión personal, no contemple la posibilidad de suscribirse, esto seguramente suponga el final de su relación con Lightroom. Sí, pueden seguir con Lightroom 6, pero pronto dejará de tener soporte y no es plan de quedarse esperando a que falle el día menos pensado. Para los usuarios en esa situación, no habrá más remedio que buscar otras opciones (a menos que reconsideren lo de suscribirse).
El factor sorpresa, en negativo
Como decía más arriba, eliminar la opción de las licencias de pago único es una decisión legítima que pueden tomar como empresa. A menudo tendemos a pensar que las compañías privadas son una especie de ONGs que se deben a un código moral altruista, pero esa no suele ser su prioridad. Operan basándose en sus intereses, con lo que no es de extrañar que -con mayor o menor acierto- tomen decisiones que no siempre nos gustan.
Pero mantener contentos a los clientes, al fin y al cabo, beneficia a esos intereses propios. Dado que estoy seguro de que la decisión de acabar con las licencias permanentes estaba tomada hace al menos 2 años, y sabiendo el impacto negativo que esto tendría en los clientes de Lightroom 6, cabe preguntarse si, al menos, no podrían haberlo anunciado con algo de antelación, idealmente un año. En principio, parece que todos habríamos salido ganando:
- Por un lado, los usuarios habrían tenido tiempo para tomar una decisión (plantearse un paso a Creative Cloud o buscar otra alternativa), en vez de encontrarse de golpe en esta situación donde no solo no pueden comprar una «nueva» versión, sino que, además, quedan atrapados en un programa que dejará de tener soporte en cuestión de semanas.
- Pero por la parte de Adobe, aún tenía más que ganar con un anuncio a tiempo:
- La compañía habría podido explicar sus motivos, que pese a todo, creo que son razonables, e incluso manifestar que lo comunican por adelantado porque aprecian a sus usuarios. Algo así como «ni siquiera sabemos cuándo sacaremos la nueva versión, pero no queremos esperar hasta entonces para poneros al corriente«. Incluso podrían haber hecho alguna oferta especial durante el primer año de suscripción para los titulares de una licencia de Lightroom 6, y seguro que la propuesta habría tenido más éxito del que pueda tener en las circunstancias actuales, ahora que la gente está más molesta.
- Por otra parte, si hubieran adelantado el anuncio de que no habría más licencias permanentes, habría habido indignación como la hay ahora, claro, pero al menos este «fuego» ya estaría resuelto y extinguido a fecha de hoy, y no se habría convertido -como ha pasado- en más gasolina para la confusión y la polémica de la duplicidad LR CC / LR Classic.
En boca cerrada…
¿Por qué no lo han hecho? ¿Por qué no han avisado con tiempo y han intentado convertir este problema en una oportunidad de ganar más suscriptores? Quizá por pura torpeza comunicativa. Esa fue mi primera teoría.
Pero tras analizarlo todo y pensarlo mejor, creo que pudo ser por otro motivo: si lo hubieran anunciado con antelación, bastantes usuarios de Lightroom 6 se habrían pasado a Lightroom CC 2015. Lo habrían hecho a regañadientes, pero para muchos, al final habrían pesado más los pros que los contras. Todo con tal de recuperar la tranquilidad y la confianza en el porvenir, un porvenir en el que dejarían de ser «el patito feo» que no recibe mejoras (recordemos que las actualizaciones de Lightroom 6 no incluían nuevas características – en vez de castigados sin postre, estaban castigados sin mejoras de Camera Raw.
Ahora bien, siguiendo con esta hipótesis, ¿cómo habrían reaccionado esos usuarios cuando, al cabo de un año, se viesen en la situación en la que estamos ahora? Me refiero a encontrarse con que su recién estrenado Lightroom CC se convierte en Lightroom «Classic», un nombre que no huele precisamente a futuro, y que perderá su protagonismo, ahora desplazado al nuevo Lightroom CC. Poco dura la alegría en casa del pobre, y aún menos si se pasó de Lightroom 6 a Lightroom CC 2015.
Quizá estos usuarios sentirían que han escapado de un callejón sin salida para caer en otro, y las críticas serían todavía más duras. Con la manía que mucha gente le tiene a Adobe, casi puedo imaginar a las enardecidas masas de usuarios indignados marchando con antorchas, sogas y tridentes rumbo a la sede de la compañía.
Todo son teorías, pero puede que el hermetismo y silencio de Hogarty y compañía hayan sido, simplemente, una forma de no empeorar lo que ya pintaba complicado. Tal vez en algún momento se plantearon hacer un anuncio por adelantado, pero finalmente, llegaron a la conclusión de que en boca cerrada no entran moscas.
La neolengua adobita: CC vs Classic
Dejando, pues, de lado, el asunto de las licencias, vayamos entrando de una vez en el tema esencial: Lightroom CC versus Lightroom Classic. En este asunto, nada es lo que parece ni las palabras guardan el significado que hasta ahora les atribuíamos.
La metamorfosis
En circunstancias normales, un nuevo Lightroom CC 2018 habría sustituido al antiguo Lightroom CC 2015, que no habría tenido ninguna actualización en paralelo. Y ya está, eso habría sido todo, cero líos. Si estamos aquí hablando de esto en una serie de 10 entradas es, decididamente, porque no estamos en esas circunstancias normales. Bueno, por eso y porque tenía ganas de dar la paliza, vale.
Empecemos por decir que buena parte del follón se ha liado por la «gran» idea de ponerle un nombre anterior a un programa nuevo (Lightroom CC), y un apellido nuevo a la actualización de un programa que ya existía (Lightroom Classic CC). No es lo que yo llamaría una buena idea, a menos que tu objetivo sea volver loca a la gente, en cuyo caso la jugada es de nota. Pero si además actualizas a los usuarios de Lightroom 6 al nuevo Lightroom CC y los dejas con un periodo de prueba de 7 días, supuestamente por error, entonces ya hablamos de virtuosismo.
Cabe decir que las páginas de ayuda de Adobe han sido rápidamente modificadas, de modo que las que hablan de Lightroom CC, ahora se refieren a este como Lightroom Classic, dejando claro que el nombre es una metamorfosis del nombre original, es decir, «el artista anteriormente conocido como Lightroom CC«. Por más que el cambio de nombre siga siendo un lío, es de aplaudir que, al menos, hayan adaptado tan rápido sus recursos de ayuda a la nueva nomenclatura. Además, en todas esas páginas se han añadido aclaraciones al respecto, como las que podéis ver resaltadas en esta captura (clic para ampliar):
Pero como ya nos enseñó Walter Sobchak en El gran Lebowski, la vida no se detiene y vuelve a empezar cuando a uno le conviene, y por la misma regla de tres, tampoco las palabras cambian de significado cuando a uno se le antoja. De acuerdo, Lightroom es una marca más que una palabra. Pero, ¿qué pasa con los miles de libros, cursos, vídeos de youtube, blogs, artículos y, en general, cualquier resultado de google donde se hablaba de Lightroom CC? El problema no es solo que ahora Lightroom CC se llame «Lightroom Classic«. El problema real es que ahora, Lightroom CC es un programa muy distinto para el que esos materiales tendrán poca o más bien ninguna relevancia. Y evidentemente, ni yo ni el resto del mundo estamos por la labor de re-editar todo nuestro trabajo para dedicarnos a metamorfosear el pasado y redefinir la realidad. De muestra, un botón – este es el resultado de una búsqueda por «Lightroom CC» en amazon.es. Quien a fecha de hoy busque un libro sobre este «nuevo» programa, probablemente topará con resultados que mayoritariamente se refieren a otra cosa (clic para ampliar).
Los accidentes no existen
¿Fue realmente un error la actualización al nuevo Lightroom CC que sufrieron los usuarios de Lightroom 6? Siguiendo con las referencias del celuloide, en una divertida película de finales de los 80, un curioso personaje hacía la siguiente reflexión. «Los accidentes no existen – solo son planes que hacen los demás sin consultarte«. Y no le faltaba razón, pero en este caso, lo de la actualización por error sí creo que fue un fallo.
Sin embargo, no creo que el trasplante de nombre haya sido una ocurrencia de última hora que no se meditó lo suficiente; al contrario, se trata (siempre en mi opinión) de una maniobra tan estudiada como oportunista con la que intentar atraer a los usuarios a una nueva aplicación. Y es que, bajo la aparente transición entre dos versiones, temo que podría subyacer un doble plan. Evidentemente, aquí ya conjeturo más que opino, pero mi impresión es que más que una continuidad o una dualidad raruna basada en no sé qué historias de flujos de trabajo distintos, aquí habría dos intenciones separadas que se han machihembrado a lo bruto:
Plan #1: Preparar el fin de ciclo del Lightroom tradicional
- Hogarty y Mangalick, directores de producto de Lightroom, tienen un perfil más «tecnológico» que fotográfico. Creo que están más interesados en sofisticaciones futuristas como aplicar la inteligencia artificial a las fotos o la integración con la nube, que en profundizar en las necesidades más prosaicas y cotidianas de un fotógrafo profesional o aficionado avanzado que quiere trabajar por capas, clonar mejor o disparar en estudio conectado al portátil. Es normal que no se sintieran a gusto con el formato tradicional de Lightroom y quisieran diseñar un producto en línea con estas ideas.
- También habrá pesado la obsolescencia del programa: a ver quien mete mano en un código de 10 años que se ha parcheado y reparcheado tantas veces. Aunque si se ha llegado a este punto, es por la poca preocupación que ha habido por modernizar Lightroom durante los últimos años. Más adelante, en la entrada #6, profundizaré en este asunto.
Plan #2: Lanzar un nuevo software con un planteamiento distinto
- Basado en la nube, un fenómeno tecnológico que, además, enlaza a la perfección con la fotografía con smartphone, un campo que parece interesarles especialmente
- Apto para incluir «Adobe Sensei» (inteligencia artificial) y otras sofisticaciones acordes al perfil tecnófilo/innovador de H&M
- Por supuesto, con la tecnología de revelado de Camera Raw
Mundo ideal contra mundo real
Desde mi punto de vista, lo ideal para evitar líos habría sido ser valientes, y hablar claro. ¿No dicen los adobitas que hay tantisísima gente quejándose de lo requetecomplicadísimo que es Lightroom, y a la vez, legiones enteras de usuarios clamando por poder hacerlo todo en la nube? Si eso es verdad, queridos H&M, no tengáis miedo: empezad por decretar el «end of life» de Lightroom (es decir, abandonarlo oficialmente, aunque se pueda seguir usando mientras funcione) y, por otro lado, publicad este nuevo programa, explicando que tenéis claro que esto es el futuro. Pero eso sí, llamadlo Nimbus, InstaLight, EasyRaw o lo que se os antoje. No solapéis una cosa con la otra con nocturnidad y alevosía.
En vez de eso, como ya sabemos, han decidido hacer esta jugada con cierto tufillo a trilero: mantener las dos versiones en paralelo, y traspasar el nombre del antiguo al nuevo. Claro, no es lo mismo colocar en el mercado un producto con un nombre desconocido, a colocar uno que se llame Lightroom. Volvemos a lo de siempre: es una empresa y como tal, no están para echar por la borda el valor de una marca. Pero esto no deja de resultar paradójico: si tanto prestigio tiene el nombre «Lightroom», y tanta gente depende de él, que no pueden retirarlo sin dejarnos a la intemperie a decenas de miles de usuarios, ¿por qué esta desviación radical de esa línea? Por más que ya he compartido mi teoría sobre el asunto, y seguiré haciéndolo, reconozco que sigo encogiéndome de hombros cuando intento imaginar qué les pasa por la cabeza a H&M. Mi impresión es que confunden la realidad con sus deseos, pero bueno, vete tú a saber.
La ancestral técnica del cambiazo
En todo caso, la realidad, para bien o para mal, es que la técnica del cambiazo posiblemente les funcione. De hecho, si no fuera porque vi primero las noticias y los vídeos, yo mismo me habría instalado su nueva criatura sin dudarlo. «Oh, ¿una actualización de Lightroom CC? Adelante«. Los incautos que muerdan este anzuelo descubrirán más adelante que les han dado gato por liebre (o «nube por Lightroom» en este caso). Pero oye, de momento se han colado en tu disco duro y para cuando quieras darte cuenta, tus fotos ya estarán fluyendo rumbo a su servidor. Sí, algunos huirán despavoridos al comprobar dónde se han metido, pero otros sucumbirán a esa voz en la cabeza que les dice «bueno, ya que estamos aquí…«. Punto, set y partido para Hogarty y Mangalick.
¿Es el nuevo Lightroom CC el sucesor del viejo Lightroom CC?
Leyendo la pregunta, uno deduciría, por pura lógica, que sí: el nuevo LR CC tiene que ser el sucesor del viejo LR CC. Sin embargo, la respuesta, como todo en este asunto, es más complicada. Desde Adobe, se aseguran de dejar claro que el nuevo Lightroom CC es el futuro, pero a la vez, lo plantean como una especie de «alternativa» al original. Dicen que es lo que la gente quiere, pero sin embargo, se aseguran de mantener el antiguo. Defienden su simplicidad, pero argumentan que solo es la versión 1.0 y que le faltan cosas. Mi interpretación es que sí quieren que sea el sucesor, o al menos que este nuevo Lightroom CC acabe cubriendo el espacio del Lightroom «tradicional».
Pero saben que es una maniobra metida con calzador, por las diferencias entre ambos programas, o mejor dicho, por las deficiencias de la nueva propuesta. Y no pueden, por tanto, presentarlo como sucesor. De modo que su plan -siempre según mis teorías casi-conspirativas- no es cambiar el programa para que se adapte a los usuarios, como se suele hacer, sino cambiar de usuarios para encontrar unos menos exigentes que se adapten a su nuevo programa. Eso tardará en ocurrir, si es que llega a pasar, y por eso, mientras tanto, han de mantener el anterior, que aunque rebajado a Classic, sigue siendo el que realmente aguanta todo esto. Además, la coexistencia de ambas variantes también puede facilitar el trasvase de usuarios desde el antiguo hacia el nuevo, cambiazo mediante, como ya comenté.
Tú a la nube y yo a Classicfornia
¿Y cómo se hace para explicarle a la gente este «ni sí, ni no, sino todo lo contrario«? Fácil: con la película de los «flujos de trabajo» basados en el ordenador o basados en la nube (lo que en inglés han llamado «desktop centric» y «cloud centric«, como ya comenté en la entrada previa). Es un argumento al que recurren para explicar esta dualidad cada vez que se ven en aprietos, pero yo no lo veo una argumentación sólida: por supuesto, puedes trabajar con archivos locales o remotos, pero ¿eso ha de determinar tu flujo de trabajo como un todo o nada, un programa u otro? Creo que se está confundiendo el medio con el fin de forma interesada.
Resumiendo: yo creo que sí que quieren jubilar al viejo con el nuevo, pero para evitar las siempre odiosas comparaciones, han introducido al sucesor como si fuera una especie de «alternativa», apoyándose para ello en la historia de los flujos de trabajo, el tocino y la velocidad. Pero sea alternativa, sucesor o cualquier cosa entre medias, seguimos en las mismas, lo han bautizado como Lightroom CC. Por algo será.
En las siguientes entradas veremos las principales diferencias que supone trabajar con uno u otro programa – a fecha de hoy, veo más limitaciones que otra cosa, y alguna que otra imposición.
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Comments
En efecto, Carlos. Todo apunta a que nos la van a jugar one more time. Lo hicieron con la licencua perpetua y todo apunta a que nos han vuelto a mentir con el cachondeo del Classic. Es duro de aceptar, pero mi inversión de horas y horas catalogando y revelando en Lr está condenada a morir salvo que migre a Lr CC y al nubarrón adobita, porque al Classic le quedan dos telefiarios. Cuánto antes me haga a la idea, mejor.
Amando: Pues sí, es lo que temo. Pero también tengo esperanza de que les cueste soltar ese lastre que para ellos es el Classic. No le auguro tantísimo éxito a su nubecilla, y en tal caso, tendrán que mantener el otro más tiempo del que querrían. Aunque eso no quita lo esencial: que no van a mimar el Classic como a mí me gustaría (de ahí la temática de la entrada: esto ya no remonta, como mucho se mantiene).
Seguiré publicando este rollo patatero, e iremos viendo cómo evolucionan las cosas… Muchas gracias por leerlo y por compartir tu opinión.