Si finalmente me he decidido a hacerlo, aunque con algo de retraso, es para agradecer la gran cantidad (y sobre todo calidad) de palabras de ánimo con que recibisteis mi entrada sobre la pesadilla que vivo por culpa de los pisos turísticos. Ya imaginaba que, en general, la respuesta sería de apoyo, pero me sorprendió lo sentido y sabio de todos aquellos comentarios. Y sobre todo, amplió mi perspectiva de lo que hago, de la repercusión que estas enseñanzas pueden tener en otras personas e incluso del acompañamiento que puede suponer para algunos. Aunque ya me hacía una idea, la verdad es que lo tenía infravalorado. Los comentarios que me dejastéis no pueden devolverme la salud ni las horas de sueño perdidas, pero realmente me ayudaron y me animaron a seguir con esto, al menos mientras pueda. Así que muchas gracias, tanto por esas palabras como por los «me gusta» de Facebook, las entradas compartidas, las suscripciones de YouTube o, simplemente, las visitas silenciosas que también dejan huella en las estadísticas globales.
Ya puestos, dejadme decir que el problema de los pisos turísticos sigue igual en lo esencial: casi cada día pasa algo y no me he recuperado del deterioro de salud que sufrí hace unos meses, cuando ya por acumulación, peté. Al hilo de esto, sí quiero aprovechar para repetir algo que parece que no todos entendieron (o será que no me supe explicar): que yo publique entradas o vídeos no significa que el problema se haya resuelto, solo significa que estoy pudiendo con ello. Entenderéis que no voy a empezar los vídeos diciendo: «¡Atención, followers! Mi vida es una mierda! ¡Os voy a contar mis mil y una agonías, y así todos nos sentiremos un poco peor! Por cierto, ahora os pondré un enlace para comprar Kleenex en amazon«. No tendría sentido, sería darle más poder a estos canallas, y de hecho si mantengo la página es precisamente porque resulta terapéutico para mí intentar concentrarme en otra cosa y demostrarme que todavía no han podido conmigo. Aunque repito que milagros no hay, y por más voluntad que le ponga, solo puedo grabar cosas o escribir entradas cuando me han dejado dormir y no ha pasado nada gordo – luego voy publicando estas cosas cuando puedo. También lo comento porque hay gente que cree (o quiere creer) que si hoy publico algo, es que lo he grabado hoy mismo. Evidentemente no es así, yo grabo o escribo cuando puedo y publico cuando conviene.
Por otro lado, también han sido muchos los que durante estos meses me han comentado o escrito para decirme que confiaban en que Ada Colau, la (ya no tan) nueva alcaldesa de Barcelona, resolviese este conflicto. Sin embargo, recientemente ha hecho unas declaraciones al respecto que apuntan a lo contrario: en un muy, muy hipotético caso, podrían llegar a tomarse medidas en Ciutat Vella, que incluye los barrios más machacados por el descontrol turístico. Pero nada en el resto de la ciudad, donde también sufrimos este problema. Hay que estar un poco metido en el asunto para poner en contexto las palabras de Colau y leer entre líneas, pero desde mi perspectiva, se ha cerrado la última esperanza de los afectados por los pisos turísticos. De hecho, hace unos meses que desde el Ayuntamiento ya me dijeron -extraoficialmente- que mi mejor opción era mudarme. Ahí lo dejo. (Nota: No, no me es posible mudarme)
El resumen de todo el asunto, por tanto, es que me ha llegado todo ese apoyo, y que aunque no lo mencione en cada cosa que publico, los problemas siguen, pero yo también seguiré mientras pueda. Por desgracia, ahora ya oficialmente, esto no tiene la menor perspectiva de solucionarse. Así que si llegase el día en que ya no puedo más y mandase la página a tomar por saco, quiero tener al menos la tranquilidad de saber que en algún momento os dije: de corazón, GRACIAS.
Los comentarios están desactivados en esta entrada porque es puramente informativa, y si no, se convertirá en una cadena interminable (o casi) de agradecimientos mutuos – me gusta recibir apoyo pero tampoco es plan de ponernos empalagosos xD